miércoles, 20 de noviembre de 2013

Augusto de Prima Porta

Copia moderna en bronce en la ciudad de Zaragoza

Posiblemente, copia de hacia el 14 de C. de un original del 20 a.C. Mármol. 2,04 m. Museos Vaticanos (Roma).

Se encontró en 1863 en la villa suburbana habitada por Livia, la mujer de Octavio Augusto. Cuando éste murió y fue divinizado, su viuda recibió el encargo de ser su sacerdotisa. Nos encontramos, pues, ante una imagen de su culto. Sin embargo, parece ser una copia, más o menos adaptada al nuevo uso, de un original perdido encargado por el propio Octavio para conmemorar un acontecimiento que comentaremos más adelante, al comentar los relieves que decoran la coraza.

Se representa a Augusto idealizado, con una edad imprecisa entre joven y maduro; la influencia de la escultura griega es evidente, tanto en este naturalismo idealizado, como en su contrapposto. Aparece toracato (con coraza), y con el manto consular (paludamentum). En la mano izquierda llevaría posiblemente un bastón de mando (y no una lanza, como en ocasiones se reconstruye, a semejanza del Doríforo). Va descalzo, como conviene al héroe divinizado. El brazo derecho con la mano levantada en señal de arenga es una reconstrucción moderna. Constituye una representación canónica cum imperio, con plena autoridad.

Le acompaña un pequeño Cupido montado en un delfín, que hace referencia a la diosa Venus (la Afrodita griega), origen mítico de la gens Iulia a la que pertenece Octavio, y que es a la vez elemento de sostén para la estatua.

La coraza representa la escena que el mismo Octavio quiso conmemorar: en el año 20 a.C. el general Tiberio (más tarde adoptado por el emperador y nombrado heredero) acompañado de la loba capitolina (símbolo de Roma), recupera los estandartes e insignias romanas perdidos en campañas anteriores, de manos de Fraates IV rey de los partos. A su alrededor la presencia de gran número de seres divinos concede a la escena una importancia mítica. En lo alto está Caelus (el Cielo) que cobija con su manto la persecución del Carro del Sol al Rocío y a la Aurora. En el extremo inferior Tellus, la Tierra fecunda que alimenta a dos niños, acompañada por los dioses protectores de Augusto Apolo y Diana (que cabalgan un grifo y un ciervo). A derecha e izquierda, dos provincias sometidas (Hispania o Germania y Galia) lamentan su conquista.

Para saber un poco más sobre el personaje se puede consultar subreve escrito autobiográfico y propagandístico  Hechos del divino Augusto.


Copia con policromía quizás no acertada del todo.

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