sábado, 11 de enero de 2014

Retablo mayor de la Seo de Zaragoza

Grabado de 1842
Pere Joan, Ans Piet Danso y otros. Alabastro policromado y dorado. 16 por 10 m.

La Seo de San Salvador de Zaragoza juega un gran papel en la monarquía aragonesa: aquí el rey jura los fueros y es coronado al inicio de su reinado. En ella esta obra maestra de la escultura gótica del siglo XV será el resultado de un mecenazgo continuado de tres arzobispos (Dalmau de Mur, Juan I de Aragón y Alonso de Aragón) que desempeñaron importantes cargos políticos (canciller, lugarteniente general del reino y virrey de la corona, respectivamente).

El primero de ellos iniciará la construcción de un gran retablo para una catedral gótico-mudéjar de menor tamaño que la actual. En 1434 llama al escultor catalán Pere Joan, que hasta 1445 realizará en alabastro el sotabanco (con los escudos repetidos del arzobispo y del cabildo, sostenidos por ángeles sonrientes) y el banco en el que alternan cuatro relieves con escenas de san Lorenzo, san Valero y san Vicente, con tres hornacinas con sólo decoración vegetal destinadas a acoger en las grandes solemnidades los bustos-relicarios de plata y esmaltes de los mismos santos regalados por Benedicto XIII, el papa Luna. Esta original disposición convertía el retablo en un magno expositor de reliquias. Asimismo, realizará también en alabastro los cuatro grandes pilares que separan las calles, los fondos decorados con grandes arcos muy ornamentados, y un Padre Eterno bendiciendo (actualmente en Barcelona) y su marco circular con cabezas de ángeles. Las figuras de las tres grandes escenas que componen el cuerpo del retablo fueron realizadas en madera, y de ellas no queda nada.

En 1467 el cabildo catedralicio contrata la renovación del retablo con el maestro Ans Piet Danso, escultor alemán instalado en Zaragoza, y que trabajará en él hasta su muerte en 1478. Se quiere sustituir las escenas de madera por otras en alabastro, y enriquecer el conjunto. La gran escena central representa la Epifanía o Adoración de los reyes. El Niño aparece con una moneda (ducado de Juan II, o “juanín”) en la mano, que hace referencia propagandística tanto al propio rey como a su pariente el arzobispo Juan I. La escena de la izquierda representa la Transfiguración: Cristo flanqueado por Moisés y Elías que surgen de las nubes, y en la parte inferior los apóstoles Pedro, Santiago y Juan. A la derecha se representa la Ascensión, y repite la composición de la anterior: en el centro, arriba, Cristo flanqueado por dos ángeles; abajo, rodeando a la Virgen, todos los apóstoles. Además de estas grandes esculturas el maestro Ans también realizó la apertura de un óculo eucarístico retirando el Padre Eterno, lo que se convertirá en una característica de los retablos aragoneses. Para culminar el óculo esculpe un rico cortinaje en pabellón, sostenido por seis ángeles. El enriquecimiento del retablo se llevará a cabo mediante ocho apóstoles y santos (en los cuatro grandes pilares), y sobre todo, con un rico ático repleto de torrecillas, pináculos, florones, y estatuillas varias. Aún comenzará a trabajar en el guardapolvos: son suyos dos ángeles con las armas de los arzobispos don Alonso y don Juan de Aragón.

Se pueden citar a otros escultores que participan en este magno retablo: Francí Gomar, que en 1457-60 añade las dos portadas laterales que enmarcan el retablo, y Gil Morlanes el Viejo que en 1479-88 concluirá la obra, especialmente tras el incendio que se produce en 1481. Entre otros, añadirán varios ángeles en el guardapolvos con las armas de los tres arzobispos que han contribuido a la realización del retablo, del cabildo metropolitano, y en posición preferente, de Benedicto XIII (Pedro Martínez de Luna, gran benefactor de la catedral). Numerosos pintores participaron en su dorado y policromía, entre ellos algunos de importancia como Bartolomé Bermejo y Martín Bernat.

El resultado de este trabajo colectivo de más de cincuenta años es una muestra modélica de retablo gótico. En él se unen una religiosidad humanizadora y efectista que lo convierte en una gran custodia; un orgullo localista (con sus santos propios y la refencia al único aragonés que llegó a ser papa), y abundantes referencias propagandísticas a sus mecenas. Por todo ello, el retablo de la Seo se convertirá en un modelo que se imitará en el Pilar, en la catedral de Huesca y otros templos.

Pere Joan, Predela
Bustos relicarios en sus hornacinas
Martirio de San Lorenzo
Milagro de las reliquias de San Valero
San Valero y San Vicente interrogados por Daciano
Invención del cuerpo de San Vicente fuera de Valencia
Sotabanco, Ángel con armas Don Dalmau de Mur
Francí Gomar, portadas laterales

Tetramorfos
Maestro Ans, escenas centrales
Transfiguración
Transfiguración
Epifanía
Epifanía
Virgen con el Niño
Niño Jesús con una moneda del rey Juan II de Aragón
Ascensión
Ascensión
Pere Joan, Padre Eterno, Barcelona
Pere Joan y Morlanes, Óculo expositor
Reconstrucción virtual
Maestro Ans, localización de los santos
San Agustín y San Juan Bautista
San Pedro y Santa Catalina de Alejandría
Santa Tecla (dudosa), y San Pablo
Santiago el Mayor y San Valero
Anunciación; arriba, Jesús resucitado entre María Magdalena y María Salomé
San Juan Evangelista, San Esteban; arriba: San Ambrosio, San Miguel, San Nicolás
Santas Justa y Rufina; arriba, San Gregorio Magno, San Jorge, San Jerónimo
Maestro Ans, Ángel y perros
Maestro Ans, Paloma en rama invernal
Maestro Ans, Gato acicalándose
Morlanes y Megas, guardapolvo
Ángel con las armas de Don Dalmau de Mur
Ángeles con el escudo cabildo catedralicio
Ángeles con los escudos de los arzobispos Don Alonso y Don Juan de Aragón


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