domingo, 23 de febrero de 2014

Bernini: Baldaquino de San Pedro del Vaticano


Roma, 1624-1633, 28,5 metros, bronce dorado y en su color, y mármol.

Al poco de llegar al papado, Urbano VIII (1623-1644) encargó a Gianlorenzo Bernini la realización de un baldaquino sobre el lugar donde se halla la tumba de San Pedro, centro neurálgico de la basílica de San Pedro, bajo la gran cúpula de Miguel Ángel. Puesto que hacía falta mucho bronce para las cuatro columnas gigantes que lo soportarían, fundió las enormes placas antiguas de revestimiento que cubrían el pórtico del Panteón de Roma.

Es una obra majestuosa, perfectamente integrada en el interior de la basílica, de la que es su eje visual desde la entrada hasta la cabecera, donde años después el mismo Bernini situaría la gran Cátedra de San Pedro. Está formado por cuatro gigantescas y dinámicas columnas torsas o salomónicas con capitel corintio, sobre pedestales de mármol de Carrara, en cuyos frentes aparecen los escudos papales del promotor, con las abejas de los Barberini. Esas columnas, con acanaladuras y ramitas de laurel en su fuste, recreaban las que había habido en la antigua basílica paleocristiana y aludían a las que se decía habían existido en el Templo de Salomón en Jerusalén.

Las columnas sostienen un aéreo entablamento con lambrequines colgantes, de nuevo con abejas, que reproducen en bronce los colgantes de telas ricas que se utilizaban en las grandes celebraciones religiosas de Roma. Cuatro grandes volutones ondulantes rematan el edículo que carece de cerramiento real para darle una sensación de ligereza. Cuatro ángeles mancebos, que sujetan los cordones del dosel, y unos aéreos angelitos, portando los símbolos papales (tiara y llaves de San Pedro) dinamizan el remate y le confieren el carácter escultórico al baldaquino. Con carácter típicamente barroco, aúna lo estático (atrae la mirada para subrayar un lugar concreto) con lo dinámico (las columnas helicoidales, la ligereza de esta gran estructura...).

Al situarse sobre la tumba de San Pedro, primer papa, adquiría un profundo significado   como exaltación del papado, cuya primacía negaban los protestantes. Su influjo fue inmediato, con imitaciones en Italia, España, especialmente de Aragón, Alemania, Austria e incluso Francia, aunque en este último país con un lenguaje más clasicista.

El objetivo utilizado distorsiona la imagen, como se observa en los brazos del transepto y en la cúpula.
Vista general
Lateral
Basamento, con el escudo del papa Barberini: "Lo que no hicieron los bárbaros..."
Columna salomónica
Coronamiento
La escala
Cerramiento superior
Detalle
El baldaquino en su marco
La Seo de Zaragoza, capilla
San Pedro y San Pablo, Oberammergau, pintado por M. Gunther (s. XVIII)

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