jueves, 13 de febrero de 2014

El Greco: Entierro del Conde de Orgaz

Iglesia de Santo Tomé, Toledo

Óleo sobre lienzo. 4,60 por 3,60 metros. 1586. Iglesia de Santo Tomé (Toledo)

Recoge un milagro ocurrido en Toledo en 1322, descrito así en el contrato que se firma: «Sobre el lienzo deberá pintarse una procesión en la que se verá cómo el vicario y otros sacerdotes leen la misa en el entierro don Gonzalo Ruiz, señor de la ciudad de Orgaz, y cómo San Esteban y San Agustín descienden para enterrar el cuerpo del noble, sosteniendo uno la cabeza, el otro los pies y le depositan en el sepulcro, alrededor serán representadas muchas personas contemplándolo, y por encima de todo se mostrará el cielo que se abre para su glorificación.»

En el gran cuadro de altar aparecen dos zonas. En la inferior, terrenal, San Esteban, juvenil, y San Agustín, con barba blanca, sostienen el cuerpo del caballero lujosamente armado. La indumentaria de los dos santos permite introducir nuevas pinturas dentro de la pintura (la lapidación de San Esteban o la franja con santos). Un friso de rostros pertenecientes a caballeros, clérigos y sacerdotes, asisten asombrados al prodigio que se está produciendo. Algunos de ellos han podido ser identificado, como Jorge Manuel, hijo del pintor, que en el primer plano nos interpela con la mirada.

Un ángel toma el alma del conde y la transporta hacia la zona superior donde aparecen los personajes que residen en la gloria, estableciendo la unión entre ambos mundos. Allí, en el cielo, el alma será recibida por Cristo al que acompañan la Virgen y San Juan Bautista. En la parte izquierda se identifica a David, Moisés, Noé y, más arriba, a San Pedro con las llaves. Entre los bienaventurados de la derecha, se reconoce al mismo Felipe II y al cardenal Tavera. Todos contemplan la presentación, ante Cristo juez, del alma del señor de Orgaz.

En la parte superior del eje vertical que parte de Jesús y a través del ángel llega al señor de Orgaz, se forma un rombo encuadrado por las figuras de Jesús, la Virgen, San Juan y el ángel. Mientras la distribución de las figuras en el espacio inferior es clásica, la parte superior rezuma manierismo en las violentas diferencias entre los diversos planos y la utilización de un espacio inestable donde se acumulan las figuras entre nubes algodonosas.

En cuanto al color, predominan negros y tonos fríos que son como el telón de fondo del cuadro, sobre el que resaltan golillas y rostros. Grises, amarillos y rojos, junto a una gama secundaria de violetas, azules y verdes, completan el cromatismo de la zona inferior. En la superior, la gama cromática se enriquece. En cambio, el grado de realismo de los personajes se reduce de abajo arriba, progresivamente, hasta llegar a la figura desmaterializada de Jesús.

Otro valor a destacar es el movimiento. Frente al estatismo de la escena terrenal, se advierte un gran dinamismo en la celestial. Pero tampoco es todo homogéneo: contrasta la actitud contenida de la Virgen con la postura forzada de San Juan y con la nube agitada de la parte izquierda. Éstos dos elementos junto con el ángel portador del alma y el angelito de la derecha son lo más dinámico del conjunto.


La escena terrestre
La escena celestial
El milagro
Gonzalo Ruiz de Toledo, Señor de Orgaz
Detalle
San Esteban
Martirio de san Esteban
San Agustín
Santiago el Mayor
Los testigos
Frailes franciscano y agustino
Jorge Manuel Teothocopuli
La firma
Fraile dominico y El Greco
Ciudadanos
Detalle
Ciudadanos
A la derecha, Antonio Covarrubias
Clérigos
Detalle
Andrés Núñez Álvarez (leyendo)
Ángel con el alma
Detalle
El alma
Cristo
La Virgen y San Juan Bautista; San Pedro y San Pablo
San Juan Bautista, San Pablo, Felipe II, Santo Tomás
David, Moisés, Noé
Santo Tomás
María Magdalena, San Sebastián

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