martes, 22 de abril de 2014

Claude Monet: Impresión, sol naciente

Autorretrato, 1886

Óleo sobre lienzo. 1872. 48 por 63 cm. Museo Marmottan, París

En 1873 un grupo de pintores franceses de todo tipo de tendencias promueve una efímera sociedad cooperativa para difundir y vendersus obras. Organizarán una exposición en el Boulevard des Capucines, en las antiguas instalaciones del importante fotógrafo Nadar, que tendrá un cierto éxito comercial. En ella destacaron un grupo de pintores que exploraban nuevas vías pictóricas. Recibirán como nom de guerre la denominación de impresionistas, a partir del título de la obra que nos ocupa. Si al principio con intención satírica, pronto fue aceptado el término por los propios artistas.

Esta pintura de Claude Monet fue realizada en 1872 tras un corto viaje a Le Havre. Es un paisaje puro, directamente tomado del natural, sin retoques en el estudio y con una técnica rapidísima para captar la luz y el color en un instante (tarea facilitada por el uso de pinturas industriales en tubos). Monet está convencido de la irrepetibilidad del momento y, por tanto, de la necesidad de plasmarlo casi instantáneamente. Intenta captar los aspectos efímeros de una realidad cambiante, algo que va a estar presente hasta sus últimas obras. Representa una salida del sol en el mar, con el disco solar que surge y con sus enrojecidos rayos, que se abren camino entre la bruma y los mástiles del puerto de Le Havre, filtrándose y reflejándose en las aguas. Los azules, rosas y naranjas, extendidos en sutiles manchas, amortiguan todo rumor y chapoteo en el instante mágico del amanecer.

En este cuadro el pintor se ha despreocupado de la forma y busca únicamente la sensación colorista, aspecto por el cual fue muy criticado en su época. Sus pinceladas son cortas, cargadas de pasta, que constituyen un ejemplo perfecto de cómo el pintor yuxtapone colores puros y complementarios sobre la tela, permitiendo que sea la retina del observador la que fusione los tonos. Su pintura ha sido considerada, a causa de la disolución de la forma en la luz, que se inicia en este cuadro, paralela a la abstracción o un antecedente del Informalismo.

La obra fue muy comentada durante la misma exposición. Si al principio predominan los comentarios humorísticos (Louis Leroy finge en un artículo que un pintor academicista se vuelve loco contemplándolo, y sale de la exposición exclamando “¡Oh, soy la impresión ambulante, la espátula vengadora!”), se publican también análisis de mayor interés. Jules-Antoine Castagnary destacaba el grupo de pintores más innovadores, a los que denominaba impresionistas “en el sentido de que ellos no reproducen un paisaje, sino la impresión, la sensación que les producía el paisaje”


Elementos clave. Obsérvese la dificultad para reproducir los colores...
Y estas imágenes, ¿tienen algo que ver?




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