martes, 22 de abril de 2014

Georges Seurat: Tarde de domingo en la Grande Jatte


Óleo sobre lienzo. 205 por 304 cm. 1884-86. The Art Institute of Chicago.

El autor, de sólida formación académica, gran dibujante y discípulo de Ingres, quiso describir de manera convincente, en sus efectos de luz y atmósfera, el panorama de la isla de la Grand Jatte, recorrida en la calurosa tarde de domingo por una muchedumbre de paseantes. Utilizó un método basado en las teorías sobre el color de Chevreul y Rood para realizar de forma sistemática lo que los impresionistas aplicaban intuitivamente. Según esta teoría óptica, dentro de un campo perceptivo los objetos pierden su autonomía cromática y modifican mutuamente sus colores. Aparte de la acción de la luz que altera las zonas iluminadas, cada objeto actúa sobre sus vecinos reflejando en ellos su propio color y suscitando igualmente su complementario.

Para transmitir rigurosamente juegos tan complejos, Seurat aísla de los colores que se encuentran en la naturaleza las partículas elementales que los constituyen, llegando a la pincelada de color puro. Surge así la técnica puntillista donde la aplicación del color puro sobre el lienzo se hace a base de manchas muy menudas. Contempladas desde la distancia oportuna, se combinan en la retina según el principio de mezcla óptica para recomponer la escena. Como vemos en el cuadro, en las partes bañadas directamente por el sol el color dominante se entremezcla con puntos de pigmento amarillo y naranja. En las zonas de sombra se combinan los azules. Unos cuantos puntos de naranja y amarillo plasman las partículas filtradas por la luz solar. Los rojos y los púrpuras crean la ilusión de la luz que ha sido parcialmente absorbida y cuyo reflejo recibe el ojo.

El artista ha elegido un tema plenamente impresionista, pero la elaboración es del todo distinta: no hay notas captadas en vivo ni distracciones anecdóticas. Alejado de cualquier intento de improvisación, durante dos años realizó 38 bocetos al óleo y 23 dibujos preparatorios que fueron materiales de trabajo empleados para la creación en su estudio de la obra.

Con una disposición en diagonal, la composición está construida sobre horizontales y verticales. Las figuras o grupos de siluetas similares, como maniquíes geométricos, se repiten con un ritmo de intervalos calculado casi matemáticamente, creando direcciones visuales oblicuas al tiempo que las áreas alternadas de sombra y luz se separan en amplias zonas horizontales. Esto se debe a que, si la luz no es natural sino compuesta, según una fórmula científica y, por tanto, perfectamente regular, también la forma que la luz toma al unirse con las cosas tiene que ser regular, geométrica. Aun hay más, el espacio no es un vacío sino una masa de luz que tiende a mostrarse como un globo de sustancia atomizada y vibrante. Los cuerpos sólidos en este espacio-luz, son formas geométricas curvas, moduladas según el cilindro y el cono.

La Naturaleza aparece representada en la obra con la misma quietud, serenidad y solemnidad que si se tratase de una gran obra del pasado clásico transferida a la vida moderna. Los contornos firmes y sencillos y las figuras inmóviles y relajadas dan a la escena una estabilidad intemporal.


Estudio
Estudio
Estudio
Estudio
Análisis
Detalle
Detalle
Detalle
Homenajes:

Del propio Seurat: Las modelos (1887-88)
Musical de 1984
Promoción de una serie de TV
Una tarde de domingo en la isla de Fondo de Bikini
¿La realidad imita a la ficción?

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